Aquí también estamos nosotros: los miembros, hijos y nietos de las comunidades originarias, indígenas, equiparadas y afrodescendientes, aquí seguimos, pues, resistiendo transformándonos y aportando a nuestras comunidades. Nosotros los hijos y nietos de los campesinos vendiendo sombreros en la ciudad de esas Marías (a las que tanto les gusta discriminar), sí aquí, seguimos y a pesar que durante varios siglos nos han intentado exterminar, homogenizar e integrar a este proyecto colonialista, capitalista y neoliberal y a este Estado- nación aquí seguimos resistiendo. Ahora nos toca a nosotros defender, desde todos los flancos, nosotros que nacimos en el rotundo fracaso neoliberal, nosotros hijos e hijas de migrantes campesinos desplazados de sus territorios en busca de un buen futuro, aquí estamos, construyendo desde abajo otra forma de seguir existiendo, otra más de resistir.
Desde hace tiempo cuando los partidos políticos se refieren a los pueblos indígenas lo hacen a través del misticismo del pasado, la folklorización o al clientelismo político.
Sabemos que se acercan las elecciones y no tardan en aparecer en nuestras comunidades militantes o candidatos alardeando de preocupación por nuestras necesidades, con miles de promesas y discursos creen siguen cambiando nuestro voto por unas cuantas despensas y becas. Mientras nuestros pueblos siguen luchando solos por salir del olvido. Hablar de partidos políticos en los pueblos indígenas es sinónimo de mentiras, aprovechamiento, fraude, violencia y despojo. Durante años la estructura partidista nos ha dividido y utilizado a nuestra gente comprándola con programas sociales a cambio del famoso voto, pero nunca nos hemos visto representados en este sistema.
Nos hemos enfrentado a muchas dificultades para existir en este Estado –Nación ya que no nos reconoce plenamente en autonomía, los derechos que hemos ganado, ha sido a costa de mucha sangre de nuestros pueblos, nosotros no olvidamos las masacres contra nuestros hermanos que en nombre de la civilización se libraron hace más de 500 años, por no tener el Dios adecuado, por no tener el color de piel dictaminado por la “cultura civilizatoria”; pero también las que se han librado en nombre del “progreso”, si, ese que se ha convertido en el peligroso slogan de muchas campañas políticas en nuestros territorios, ese que dice que es para nosotros, aunque no se nos consulte que tipo de desarrollo queremos, ni que es lo verdaderamente importante para nosotros, sabemos que si entran a las comunidades es para ver sus propios intereses.
En las últimas décadas hemos visto como el discurso del “Estado”, el “progreso” y el “desarrollo” ha implantado mega proyectos como: mineras, los acueductos, las autopistas, las refinerías, presas, conjuntos residenciales, campos de golf, aeropuertos, corredores turísticos, la agroindustria, desarrollos inmobiliarios etc… que a vista del mal gobierno es lo que buscamos, se gastan las horas en discursos presentando estos proyectos como los salvadores de nuestros territorios, por generar empleos (mal pagados y esclavizante), para desarrollar la región, etc.. pero nunca nos preguntan a nosotros que es lo que queremos, parece que nuestros derechos solo estan en el papel, la constitución, de los tratados internacionales y demás como adorno. En tiempo de la colonización se implantaba el proceso civilizatorio en un “o te civilizas o te mato” y ahora los llamados megaproyectos se implantan con el “Se construye por interés de la nación” vaya, esa nación que se construyó en nuestro territorio ancestral y sagrado. Es impresionante ver como el colonialismo sigue existiendo dentro de nuestras comunidades, primero lo intentaron con la religión después con la educación y ahora siguen queriéndonos engañar con esta visión del progreso civilizatorio en dónde las grandes tecnologías parece que nos van a salvar a nosotros, ¿salvarnos? ¿Será que las mineras nos salvan, que la agroindustria nos salva del hambre, qué nos salvan esas autopistas que devastan nuestros territorios y que rompen nuestros rituales sagrados, que los programas de asistencia social a los tantos que les gusta mucho recurrir a los partidos políticos y los gobiernos nos han salvado de la hambruna la desigualdad la pobreza la falta de oportunidades y demás padecimientos de nuestras comunidades? más bien será que solo nos han fragmentado nos han vuelto asistencialistas y nos han puesto unos contra otros, acosta de unas pequeñas despensas o unos cuantos pesos qué mes por mes llegan con la esperanza de cubrir todas nuestras necesidades básicas.
Nosotros que vivimos en estas comunidades, que enfrentamos todos estos problemas y más hemos tomado diferentes acciones de participación, no queremos prometer que a través de este proyecto solucionaremos todos estos problemas, ni que es a partir de la unión al partido como salvación para nuestros pueblos, estamos muy lejos de eso, lo que si podemos hacer es luchar codo a codo por reconocer y respetar nuestros derechos ya universalmente ganados. Es sensibilizar, reeducar y promover un movimiento pluricultural donde cada miembro de este proyecto sepa cuáles son nuestros derechos y este obligado a respetarlos.
Queremos derechos culturales y lingüísticos porque es triste que aunque muchos de nosotros tuvimos padres y abuelos lengua hablantes hoy en día producto de un proceso de nacionalización muchas de estas lenguas de nuestros pueblos están prácticamente extintas y que todos los esfuerzos por conservarlas no sean suficientes, ni por nosotros miembros de las comunidades, ni por la academia, ni por el gobierno, porque sigue existiendo ese racismo idiota qué piensa que hablar nuestras lenguas, es algo inútil, sin darse cuenta que nuestra diversidad lingüística es una fortaleza enorme, un tesoro epistemológico donde plasmamos nuestros saberes.
Queremos que nuestras comunidades indígenas, afrodescendientes y equiparadas tengan ejerzan sus derechos a la consulta, a la autonomía, autodeterminación y autogobierno; para que decidan colectivamente sobre su territorio, que ejerzan sus propios sistemas normativos sin ser perseguidos por luchar por la defensa de su territorio.
Queremos que se garantice, reconozca y procure la igualdad de derechos entre hombre y mujeres; para asegurar que las mujeres y las niñas y niños indígenas gocen de protección y garantías plenas contra todas las formas de violencia y discriminación.
Luchamos por el reconocimiento y aplicación de nuestros derechos: identidad, educación, idioma, conocimiento, tierras, territorios y recursos naturales, salud, derechos económicos, administración y sistemas jurídicos.
Estamos cansados de pensar que esto es una guerra, que no podemos ganar nosotros, queremos heredar y construir un futuro en dónde nuestras montañas, ríos, lagos, manantiales, selvas, bosques, desiertos y otros lugares no sean devastados bajo los intereses económicos del capital y cobijados por gobiernos corruptos, mientras nuestros hermanos mueren en el intento de protegerlas.
Como dijimos antes nosotros los hijos y nietos de esos a quienes, no pudieron matar o no pudieron convencer, seguimos aquí y aunque nuestra ropa, nuestra lengua e incluso nuestros estudios hayan cambiado, seguimos creciendo en nuestras comunidades y aportando cada día con la esperanza de construir colectivamente mejores oportunidades para nosotros .
Hoy nos sumamos a este proyecto para aprender colectivamente y para responder con justicia y dignidad a nuestros pueblos, hoy les invitamos a caminar juntos y construir una vida más digna y libre.